Empresarias latinas impulsan el futuro del cuidado infantil en Estados Unidos

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Silvia Vásquez (derecha) observa a los niños que juegan felices en su primera guardería, Caterpillar Playhouse, abierta en 2017 para atender a familias de bajos ingresos en el Distrito Internacional de Albuquerque, Nuevo México.

Cuando Silvia Vásquez, madre de cinco hijos, empezó a ver cómo éstos abandonaban el nido, se encontró en una se encontró con un dilema. "¿Qué voy a hacer sin niños?", se preguntó.  

Silvia, la tercera de ocho hermanos, nunca fue ajena a los sonidos de una casa llena de gente. Inmigrante de Chihuahua (México), lleva 30 años viviendo en Albuquerque (Nuevo México) y criando a su familia.

"Casi toda mi vida he vivido con niños— primero con mis hermanitos, luego con mis hijos", dice Silvia. "Quiero una casa alegre, una casa que se oiga ruido". 

Este deseo llevó a Silvia a transformar su casa en un santuario infantil, una decisión que no sólo volvió a llenar su casa de una alegre algarabía, sino que también atendió una necesidad urgente de su comunidad.


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(Izquierda) Silvia Vásquez (en el extremo izquierdo) con sus 15 nietos en Albuquerque, Nuevo México. (Derecha) Silvia Silvia con su hija. Silvia dice: "La mayor parte de mi vida he vivido con niños: primero con mis hermanos pequeños, luego con mis hijos y mis nietos. Quería una casa alegre, una casa llena de sonidos".

El modelo de negocio de Silvia

La primera guardería de Silvia empezó en 2013 con solo dos niños en el salón de su casa.

Al principio, Silvia sólo ganaba 500 dólares al mes. Sin saber mucho de subvenciones ni ayudas públicas, se esforzó por equipar su hogar-guardería, buscando muebles y juguetes de tiendas de segunda mano. Como no habla inglés, navegar por el complejo sistema de licencias le resultó muy difícil.

Pero incluso con estos obstáculos, su negocio creció rápidamente. "Tuve una licencia para 12 niños, pero me llamaban y me llamaban para poner sus niños aquí conmigo. Y yo no tenía cupo. Yo no tenía cupo aquí en mi casa", dice Silvia.

Al reconocer la necesidad de ampliar su alcance e impacto, Silvia, en colaboración con su hija, decidió abrir una guardería. En 2017, crearon el Caterpillar Clubhouse, situado en el Distrito Internacional de Albuquerque. El centro tenía una capacidad para hasta 40 niños, y ofrecía comidas calientes y programación educativa para una mayoría de familias de bajos ingresos.

En este vídeo de City Alive, Silvia describe su trabajo como mentora de otras aspirantes a empresarias del cuidado de niños, especialmente mujeres inmigrantes e hispanohablantes de la zona de Albuquerque.

No se trataba solo de una aventura personal, sino de una respuesta a un problema social más amplio: la falta de servicios de guardería accesibles y de calidad para las familias trabajadoras. En Estados Unidos, el sistema de guarderías suele ser caro y de difícil acceso, lo que deja a los padres desamparados.

"Hay mucha gente en este país que no tiene familia, que tienen miedo o arriesgan a sus hijos dejándolos en casa de gente que no conocen", dice Silvia. "Esas familias, y esas mujeres que necesitan el cuidado, el apoyo de alguien para cuidar a sus niños—esa soy yo".

Según el Informe Nacional de Familias Latinas de 2024, el 88% de los encuestados prefería el cuidado infantil proporcionado por la familia, lo que refleja la importancia cultural de la confianza y la familiaridad. El centro de Silvia ayudó a salvar esta brecha proporcionando un cuidado fiable y culturalmente sensible.

Caterpillar Playhouse era una extensión de su hogar. Silvia se enorgullecía de tratar a cada niño "como si fuera mío, como si fuera de mi familia".

"No me gusta dar a los niños comida enlatada ni procesada. Quiero que coman la comida recién sacada de la olla. La cara que ponen cuando la cocinera entra en su habitación para servirles". Silvia se ríe: "Muchos niños no saben hablar español, pero saben decir '¡Más! Más!".

Silvia describe también la alegría de ser testigo de los logros del desarrollo de los niños.

"Los veo cuando les sale el primer diente. Los veo cuando dicen su primera palabra. Me hace muy feliz ver a los niños aprender y crecer. Me alegro de poder servir a la comunidad y de poder ayudar a las madres que necesitan en realidad dónde dejar a sus niños."

Latinas emprendedoras

Aunque un sorprendente 60% de los programas de cuidado de niños se vieron obligados a cerrar durante la pandemia, el sector se está recuperando, con empresarias como Silvia a la cabeza. Según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, la mitad de los negocios de cuidado infantil son propiedad de minorías, el 93% de los trabajadores son mujeres y el 45% son negros, asiáticos o latinos. Además, la propiedad de negocios latinos creció un 26% de 2019 a 2023, una tasa que continúa superando el crecimiento empresarial más amplio de los Estados Unidos.

La demanda de guarderías accesibles de alta calidad sigue creciendo exponencialmente, ya que los padres han notado la presión del aumento del coste de la vida en 2023. Para responder a la llamada, Silvia y su hija decidieron abrir una segunda guardería.

La Koala Children's Academy abrió sus puertas en diciembre 2023. El centro se ha beneficiado del enorme apoyo de la comunidad, recibiendo fondos y subvenciones para comprar todo el mobiliario nuevo, cunas, camas y juguetes.

Además, Silvia recibió ayuda para el pago inicial y un préstamo de Homewise para asegurar la propiedad inmobiliaria en el barrio de Barelas en Albuquerque. Ahora, el centro puede atender a 55 niños y les ofrece comidas, educación bilingüe y recursos para los padres.

Tras unos humildes comienzos en el salón de su casa con una colección de juguetes de segunda mano, Silvia no puede creer lo lejos que ha llegado.

"Es un centro espectacular", dice Silvia, radiante. "Tiene de todo, todo para los niños para que los niños se sientan como en casa. Y eso es lo que quiero, esa es mi meta: que se sientan como que están en su casa."

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La segunda guardería de Silvia, la Koala Children's Academy, abrió sus puertas a principios de 2024 en el barrio históricamente hispano de Barelas, en Albuquerque. Gracias a las subvenciones del gobierno y a los programas de ayuda para préstamos, el centro tiene capacidad para 55 niños y está equipado con mobiliario, cunas, juguetes, una cocina comercial y recursos educativos totalmente nuevos.

Retos en la expansión

A pesar de la increíble demanda de cuidadores infantiles, Silvia sigue encontrando obstáculos.

"Ahora mismo nos cuesta encontrar personal calificado", dice. Cuando Silvia entrevista a posibles empleados, les pregunta si pueden completar más certificaciones y formación. "Quieren hacerlo, pero no tienen con qué pagar las clases. Necesitan más apoyo para poder ir a la escuela y aprender en qué consiste el cuidado infantil".

Según un informe de la Asociación Nacional para la Educación de los Niños Pequeños (National Association for the Education of Young Children), dos tercios de los proveedores de servicios de guardería informaron de una escasez de personal que afectaba a su capacidad para atender a las familias; de ellos, el 52% se vio obligado a atender a menos niños. La escasez se debe a factores como los bajos salarios, la alta rotación de personal y la falta de prestaciones.

Sin embargo, las familias latinas están luchando por cambiar este panorama.

El Informe Nacional de Familias Latinas de 2024 reveló que el 92% de las familias apoyan iniciativas de financiación para animar a los ciudadanos latinos a obtener títulos y credenciales, facilitando su entrada en el mercado laboral del cuidado infantil. Esto no solo aborda la necesidad de más educadores, sino que también promueve la representación cultural y la comprensión dentro del sistema educativo.

Además, el Informe Nacional de Familias Latinas mostró que un impresionante 93% de los encuestados apoyan el aumento de la compensación para los educadores, lo que indica un reconocimiento del valor y el impacto de la enseñanza de calidad en el desarrollo de la primera infancia.

Infographic on Latino support for more early childhood investment. More details available at (213) 346-3216.

Ahora mismo Silvia está esperando una solicitud que proporcionaría a la Koala Children's Academy fondos adicionales para ayudar a subvencionar las certificaciones del personal y el aumento de los salarios.

"Si Dios quiere, vamos a aplicar a esa ayuda ya para pagar a las maestras para solventar gastos que tiene uno con los niños"

Impacto generacional

Mientras continúa el duro trabajo necesario para hacer florecer su segundo local, el impacto de Silvia es evidente. Su trabajo es un catalizador que inspira a las latinas a embarcarse en sus propias empresas, impulsa a las familias a exigir un cuidado de calidad y fomenta reformas políticas que hacen que el cuidado infantil sea accesible para todos.

Cuando Silvia se embarcó en el mundo del cuidado infantil hace más de una década, no podía imaginar el efecto dominó que tendrían su compasión y tenacidad. Lo que empezó como una pequeña guardería en casa se ha convertido en dos prósperos centros de atención infantil que prestan servicios esenciales a familias inmigrantes y con bajos ingresos de toda la ciudad.

Para ella, el cuidado de los niños no es solo una cuestión de espíritu empresarial, sino de comunidad y de servir a familias sin sistemas de apoyo. El legado de Silvia se medirá por las generaciones que ha levantado y las puertas que ha abierto para que otros la sigan.

Su modelo, compasivo y centrado en la comunidad, ofrece consuelo a las familias trabajadoras y permite a los niños experimentar los placeres sencillos de la infancia.

“Me gusta que coman y que descansen porque que un niño aprende relajado, bien comido, descansado y jugando", dice Silvia, “Esa es la vida de los niños.”